lunes, 15 de junio de 2009

UNA LLAMADA A TIEMPO




Hace 11 años di mi paso de fe y acepté al Señor. Es la mejor decisión que he tomado en mi vida, pero en este caminar, a veces pasamos por desiertos en el que no sientes nada y eso me entristecía, temía dejar de amar al Señor y apartarme de El. En ese sentimiento de angustia, sentada en mi sofá, me puse a llorar y le dije al Señor “Por favor no me sueltes, ni dejes que me aparte de ti. En ese preciso momento, recibí una llamada de una hermana de mi iglesia y me dice: pon la radio, en una emisora cristiana te he dedicado una canción. Así que me levanté puse la radio y escuché que el locutor dijo: Esta canción va dedicada a Valeria de Anita (gracias Anita, Dios te usó en ese momento), y de repente empezó a sonar la canción y hablaba de aquel versículo que encontramos en Romanos 8:38. ¿Quién nos separará del amor del Señor?, ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, nos podrá separar del Amor del Señor.
Que hermosas palabras!!! El mismo Señor respondía mi oración
Seguro que nadie más sabía lo mal que me sentía ese día, solo El.
¿A caso fue casualidad, que en ese mismo momento que clamaba al Señor sonara el teléfono, me dedicaran una canción y además esa canción hablara de aquello que le clamaba a Dios? No, casualidad, no, fue la mano de Dios. Gracias Señor.

Valeria Arévalo Zúñiga