domingo, 19 de julio de 2009

Despiste

Recién convertida en uno de los cultos se paró un hermano y pidió al Señor que cuidase de los niños, para mis adentros me inquieté y me dije:
¿Por qué pedir por los niños cuando son inofensivos y no andan metidos en el mundo, su inocencia les declara que son santos y buenos delante de los ojos del Señor?
Para mi sorpresa lo que yo no sabía es que el Señor me estaba preparando para una tremenda prueba.
Al día siguiente estaba con mi sobrinita de apenas 1 año en casa de una vecina esperando una llamada de mi esposo, cuando me despisté y mi sobrina se cayó desde un primer piso de altura, en eso llegaba uno de mis hermanos y la cogió rápido y se la llevó de urgencias en un coche que pasaba por allí. En la esquina estaba la mamá de la niña que la pudo acompañar hasta el hospital.
Mi madre estaba orando con una vecina en una habitación. Cuando oyó mis gritos salió y me dijo que dejase de gritar que lo que teníamos que hacer era orar al Señor que todo lo puede para que nos ayude, rápidamente me acordé de aquella petición que hizo aquel hermano y solo confié en que el Señor ya había contestado a aquella petición.
Después de orar y tratar de encontrar el Hospital donde atendían a mi sobrina por fin los encontramos y mi cara se transformó en un ¡Gloria al Señor! por el milagro que había hecho en mi vida Mi sobrinita estaba en perfecto estado.
Yamila Cabrera

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