domingo, 19 de julio de 2009

Dios escucha tu oración aunque estés medio dormida

Y esto es lo que me pasó a mí una noche, que después de un ajetreado día de trabajo tanto en el negocio familiar como en casa (con tres traviesos niños), me acosté exhausta. A media noche mi hija Raquel empezó a llorar, por lo que me levanté y fui a su habitación; la pobre no tenía consuelo y entre sollozos, me dijo que tenía un tremendo dolor de oído (tendría unos cuatro años más o menos). Yo, medio dormida como estaba, lo primero que pensé fue en orar al Señor para que le quitara el dolor. Le dije a la niña: "¿Quieres que ore al Señor para que te sane? Ella, con sus tremendos ojos azules llenos de lágrimas, movió su cabecita diciéndome que sí. Le puse la mano sobre el oído y comencé a orar. No sé como se lo pedí al Señor, pues la verdad es que, debido al sueño que tenía, no estaba para hacer una oración muy formal. El caso es, que cuando terminé de orar, mirándome fijamente, me dijo: "Ya no me duele". Yo casi no me lo podía creer. Y es que el Señor no deja de sorprenderme por la una y mil formas que tiene de obrar. ¡Es maravilloso nuestro Dios!
Así que le di un beso y me fui a dormir después de dejarla acostada y tranquilita; y las dos dormimos como lirones, después de haber dado gracias al Señor. ¡Bendito sea Su Nombre!

Maria Rosa Heredia

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